Sobre las sectas destructivas

1.      EL PROBLEMA SECTARIO EN ESPAÑA
Evidenciar la problemática del sectarismo en cifras (número de víctimas, número de sectas, etc.) es una cuestión aproximativa. Existen importantes dificultades respecto a hallar información fiable al respecto. La primera dificultad la encontramos en los problemas para definir y operativizar el fenómeno: habría que concretar y partir de un acuerdo común de lo que consideramos secta o sectarismo, lo cual está lejos de conseguirse, en parte por la diversidad interdisciplinar con la que se aborda la cuestión.  Determinar el número de grupos sectarios que operan es prácticamente imposible en la práctica: una gran parte del total de grupos controvertidos tiene un tamaño medio o pequeño, muchos de los cuales sin registrar,  dificultando aun más su reconocimiento y contabilización.  En la práctica, el número de grupos que se baraja pueden estar operando en España se basa en las estimaciones y en la contabilización que hacen los profesionales de las asociaciones preventivas (AIIAP, REDUNE, AIS, RIES, etc.) respecto a los grupos controvertidos que van identificando. En esta línea, diferentes expertos (Cuevas y Perlado, 2011;  Domínguez, 2011;  Santamaría y Jara, 2011) describen que actualmente operan más de 150 grupos sectarios en España, aunque esta cifra es sólo, probablemente, la punta del iceberg.  Redune expone en su web un listado que va actualizando (actualmente superior a los 150 grupos) de algunos de estos grupos controvertidos, presuntamente manipulativos, que actúan en nuestro país.  
Entre las tendencias actuales de estos grupos encontramos una progresiva sofisticación en las técnicas de captación, adoptando apariencias elegantes, asociadas a una imagen de éxito y elitismo. Muchos grupos huyen del estereotipo de apariencia alternativa o extravagante, pasando en este periodo “de la túnica al traje”.  Las técnicas manipulativas también se muestran más sofisticadas,  reduciéndose el número de comunas en favor de grupos que operan desde la sede al hogar, utilizando con frecuencia los medios de comunicación “2.0.  Las redes sociales y otros medios comunicativos de nueva generación (telefonía y mensajería wi-fi, web-cam, etc.) incrementan el control ejercido por el grupo. Esto posibilita una constante comunicación y contacto, incluso durante el tiempo de estudio o trabajo; también cuando residen a una considerable distancia de la jerarquía controladora (Cuevas, 2011; Santamaría, 2011). 
Entre las tendencias actuales encontramos la de mostrar una imagen aparentemente horizontal, evitando la idea de grupo piramidal y jerarquizado; buscar y conseguir la colaboración de académicos, que incrementan el estatus y la imagen del grupo.  Otra tendencia es la predilección por introducirse en organismos institucionales  y la actuación en actividades relacionadas con la salud, la sanación y el perfeccionamiento humano (Perlado y Cuevas, 2011).

   Las cifras de afectados también se basarán en  estimaciones y cuentan igualmente  con el problema de definición y operativización respecto a “quién” contabilizar.  No será lo mismo incluir a todos aquellos que pertenecen a nuevos movimientos religiosos - culturales, frente al menor número de afectados por “sectas coercitivas”. También encontraremos un mayor número de afectados por sectarismo si incluimos a todos los miembros de grupos de manipulación psicológica y no sólo, estrictamente, a los que pertenecen a sectas destructivas.  La metodología de encuesta registrará un censo más bajo de “afectados” por sectarismo: aquellos que están vinculados a un grupo coercitivo  defenderán no estar afectados y preguntar a la población si conoce a algún afectado conlleva poco fiabilidad, confiándose al criterio particular de cada entrevistado.  Otros métodos de estimación también presentan dificultades: escasa colaboración de muchos de los grupos a estudio, posible distorsión de los datos procedentes de grupos controvertidos que acepten colaborar, etc. Reconocemos por tanto que los datos aportados son sólo estimaciones a una realidad difícil de  analizar.

Aproximadamente el 1 % de la población española podría estar afectada en la actualidad, de forma directa, por problemas de sectarismo: 500.000 personas, estiman varios expertos en el momento actual (AIIAP, 2011; REDUNE, 2011;  Santamaría, 2011). 

2. LA ENTRADA A LA SECTA
Nadie en su sano juicio entraría en un grupo si supiera de antemano que en él perderá su libertad, invirtiendo todo su tiempo, energía y dinero. Entrar en muchos de estos grupos supone entre otros costes, apartarse de familiares y amigos (salvo que estos se unan a la causa),  correr un alto riesgo de sufrir graves problemas de salud mental y ser explotado en favor de los intereses de la jerarquía. En cambio, sabemos que la mayoría de personas que entran en estos grupos son normales e inteligentes. ¿Qué ocurre para que todas estas personas caigan?.  Parte de la respuesta estriba en las características y métodos usados en la captación, donde se ocultan premeditadamente los objetivos y actividades reales. Los “nuevos”  son atraídos con medios atractivos, ofreciendo diferentes disfraces y ganchos que ayudan a conectar con sus intereses, sus deseos y necesidades.  Se presentarán como un grupo altamente cohesionado, altruista y con valores muy atractivos. En la captación se instruye a los miembros para crear una atmósfera agradable, pacífica y compresiva. Los reclutadores aparentan un interés genuino y especial por aquellos que se muestran interesados, más aún si cumplen con el perfil deseado por el grupo. 
Estos grupos pueden adoptar diferentes formas (a veces varias formas a la vez) similares  a los de organizaciones saludables y normalizadas: asociaciones culturales, religiosas, centros de terapias alternativas, psicoterapias, crecimiento personal, centros de yoga, centros deportivos, grupos ecologistas,  franquicias comerciales, etc. En ocasiones estas actividades se desarrollan como fuente de ingreso y/o como vía de captación de futuros adeptos. En cuanto a los atractivos ganchos utilizados: fiestas, conciertos, empleo, cursos gratuitos,  ciclos de películas, conferencias sobre temas de historia, psicología, alimentación, salud, etc. Agradan y hacen sentir bien al sujeto para que vuelva reiteradamente y vaya tomando confianza y compromiso.

3. EL LÍDER SECTARIO
            Cuevas y Canto (2006) analizan la biografía y características de más de 20 líderes de sectas destructivas, unidas al origen, desarrollo y controversia de sus organizaciones.  No definen un perfil de “líder sectario”, en tanto que los líderes pueden presentar importantes diferencias, aunque sí encuentran la confluencia de determinadas características personales.
1.                  La personalidad del líder impregnaba de forma significativa las características, evolución y dinámicas presentes en el grupo: el grupo es su “obra”.   La ideología y el funcionamiento es inseparable de la figura líder.  “En la secta La Orientación los miembros del grupo presentaban no sólo una personalidad, creencias y comportamientos miméticos respecto a su líder, Teresa Zonjic: también presentaban un aspecto sospechosamente muy cercano al de ésta (…) las chicas, al igual que ella se dejaban el cabello muy largo, por toda la espalda, con una enorme coleta; aumentaron de peso de forma muy considerable (Teresa también era obesa) y sus cuerpos y rostros eran muy pálidos (…) meses después de abandonar el grupo, esas mismas personas volvieron físicamente a un parecido más razonable a su verdadera identidad (…)”     En la valoración pericial será conveniente analizar, en la medida de lo posible, tanto la jerarquía directa en contacto con la víctima, como la “jerarquía superior que organiza, controla y dirige el grupo y las dinámicas y relaciones presentes, haciendo especial mención a si se presentan abusos psicológicos por parte de la/s autoridad/es del grupo. 
2.                  Las intenciones de las organizaciones coincidían con los deseos (más o menos ocultos) del líder. Se instrumentaliza el grupo para conseguir fines propios utilizando herramientas engañosas en la captación.
3.                  Manifiestan un fuerte carisma y consiguen que su grupo tenga una apariencia respestable.   Saben ofertar y mostrar una cara amable y la apariencia de ser personas brillantes y sumamente seguras de sí misma. Encontramos bastantes líderes que presentan una gran capacidad oratoria y comunicativa. Hay que evitar el mito de que el líder es una persona “extravagante”. De hecho suelen “moverse” y consiguen conectarse a instituciones de interés general, para así mejorar su estatus, posición y poder.  “Jim Jones, líder del “Templo del Pueblo”, manifestaba una capacidad oratoria brillante tanto en el ámbito político como religioso. No en vano, se relacionó a Jim con importantes políticos y altos cargos estadounidenses. Incluso el presidente Jimmy Carter llegó a escribirle una felicitación postal cuando asentó su actividad en la Guyana Francesa. Jim Jones causaría poco después una terrible tragedia: el homicidio colectivo de Jonestown, con 913 víctimas, entre ellos 276 niños”.
4.                  Las biografías no oficiales de sus líderes no coincidían con las biografías oficiales. Nos encontramos con biografías de líderes repletos de información sobrevalorada respecto a sus logros.
5.                  La mayoría de los líderes mostraban un pasado problemático: dificultades de adaptación social, familias desestructuradas, víctimas de vejaciones, sobreproteccionismo familiar,  fracaso escolar, problemas psicológicos, etc. Líderes poco adaptados que posteriormente crean una nueva realidad social “a su medida”, donde sobresalen y son el “epicentro del mundo”; donde despliegan altos niveles de crueldad y paranoia.
6. Los líderes sectarios tienen un gran ego, presentando rasgos narcisistas de la personalidad.  Con personalidad de tipo dominante, fuertes tendencias narcisistas, aspectos de grandiosidad y paranoide, mostrándose como personas muy hábiles verbalmente, en un ambiente seductor (Perlado, 2011; Cuevas, 2006). Maestros legendarios procedentes de una estirpe milenaria; sabios que dominan todas las ciencias y las artes, que poseen decenas de patentes o hallazgos científicos;  poseedores de grandes secretos y de poderes extraterrenales. A veces refieren ser divinidades (superiores o comparables a Jesucristo o Krishna) y un largo etcétera de atribuciones que engordan el ego del líder.  Presentarse como una persona sumamente especial, que “contribuye el que más” con su sabiduría y experiencia, facilita justificar los privilegios y reverencias que reciben.  En ocasiones su “poder” es utilizado para infundir temor metafísico al adepto, haciéndoles creer que puede ver y saberlo todo o que puede utilizar poderes sobrenaturales para ayudar a quienes les apoya o perjudicar gravemente a los que les obstaculiza:  Mo, fundador que fue líder de “Niños de Dios” atribuyó el accidente aéreo de Tenerife en 1977 a la ira de dios por la “osadía” de que un juez “se atreviera” a procesarlo.
7. Muestran inestabilidad emocional, mostrando una rápida alternancia entre los estados emocionales de proximidad y cariño frente a reacciones de furia y hostilidad de gran intensidad.    
8. Rasgos antisociales o psicopáticos.  Muchos de estos líderes sectarios encajan con el perfil psicopático. Citando a Hare (1993), son depredadores sociales que encandilan, manipulan y se abren camino en la vida sin piedad, dejando una larga estela de corazones rotos, expectativas arruinadas y billeteras vacías. Con una total carencia de conciencia y sentimientos por los demás, toman lo que les apetece de la forma que les viene en gana, sin respeto por las normas sociales y sin el menor rastro de arrepentimiento o piedad.  
9. Respecto a la psicopatología del líder,  las conductas y actitudes más descritas son las propias de rasgos o trastornos de personalidad, más que de otros trastornos psicopatológicos graves. Principalmente, resumiendo lo descrito, rasgos narcisistas, antisociales y paranoides, unidos al despliegue de un fuerte carisma y una gran capacidad de engaño

4. CÓMO FUNCIONAN LAS “SECTAS DESTRUCTIVAS”: LA PERSUASIÓN
    COERCITIVA Y LAS TÉCNICAS DE “CONTROL MENTAL”
Con persuasión coercitiva nos referimos a un subtipo de persuasión, dañina y violenta, a la vez que sutil, que aplicada de forma sistemática y organizada consigue alterar significativamente la identidad del individuo (sus valores, actitudes, conductas, preferencias, relaciones, etc.), generando una nueva pseudoidentidad.  Esta forma peculiar de procesos de influencia social nos enfrenta a toda una secuencia de procedimientos de naturaleza coercitiva, que ha recibido varias denominaciones (lavado de cerebro, reforma de pensamiento, control mental, adoctrinamiento intensivo, etc.), siendo una de las más extendidas y preferidas por los psicólogos sociales, la persuasión coercitiva o coactiva. Mientras los miembros se muestran sumisos contra el control psicológico del grupo, pueden parecer “normales”, al igual que una persona con un trastorno de personalidad múltiple. Sin embargo, esta aparente personalidad normal se trataría de una pseudoidentidad (West, l992; Langone, 1993).
La salud, los derechos fundamentales y las libertades individuales de estas personas se ven gravemente deterioradas. Paradójicamente, la defensa de estos grupos suele partir de la “libertad de culto” o de la “supuesta libertad del individuo” a la hora de elegir el ingreso en el grupo.  La “supuesta libertad” del individuo afectado por técnicas de control mental queda en entredicho y la “libertad de culto” no exonera del cumplimiento de las leyes ni justifica incumplir nuestro ordenamiento jurídico. 
  Hablar de sectas destructivas (o de GMP) es hablar de grupos que utilizan técnicas de persuasión coercitiva. Podemos afirmar que el potencial destructivo y adictivo de un grupo manipulativo es directamente proporcional al uso que hace de técnicas de persuasión coercitiva: número de técnicas, frecuencia, intensidad…  determinándose así el grado de peligrosidad y daño potencial que recibirá cualquier persona a partir de su ingreso.  Por tanto, la evaluación de las técnicas coercitivas presentes en un grupo nos permitirá conocer su grado de peligrosidad (Cuevas, 2006).
          Podemos resumir las estrategias manipulativas en cuatro formas, a su vez con 17 técnicas distintas coercitivas:

1. Técnicas de Control Ambiental
1.Aislamiento, 2. Control de la información 3. Dependencia Existencial   4. Debilitamiento Psicofísico
2. Técnicas de Control Emocional
5. Activación emocional del gozo, 6. Miedo, Culpa y Ansiedad, 7.Aplicación selectiva de premios y castigos
3. Técnicas de Control Cognitivo
8. Denigración del Pensamiento Crítico, 9. Uso de la Mentira y el engaño, 10. Demanda de  Condescendencia, 11. Control de la Atención, 12. Control sobre el Lenguaje, 13. Alteración de las fuentes de autoridad
4. Técnicas Disociativas
14. Uso de Drogas, 15. Negación de tratamiento / auxilio médico y/o negación a la prescripción de tratamientos, 16. Cánticos, mantras, hablar en lenguas, meditación, oración, no pensar
Tabla 1.  Técnicas de Persuasión Coercitiva

5. CONSECUENCIAS DEL SECTARISMO
            Nos encontramos con un gradiente muy extenso respecto a las consecuencias posibles del “sectarismo”. Las causas más alarmantes, como los homicidios colectivos o los fallecimientos por la práctica de técnicas coercitivas, aun siendo menos frecuentes, no están exentos de suceder en muchos de estos grupos destructivos.  El caso de los homicidios colectivos ha originado en su momento un mayor foco de atención sobre esta grave problemática:  913 víctimas en la Guyana francesa  en la secta Templo del Pueblo, incluyendo 276 niños (1978); las 924 víctimas en Uganda del Movimiento para la Restauración de los Diez Mandamientos (2000), donde en un principio se contabilizaron 235 víctimas (entre ellos 78 niños), aunque posteriormente se hallaron cuatro fosas comunes; las 86 muertes (25 niños) de la Rama Davidiana en el incendio de Waco (1993),  las 74 muertos en la Orden del Templo Solar, en diferentes localizaciones, entre los años 1994-1997;  las 39 víctimas de Heaven’s Gate (1997) o el ataque terrorista de la Verdad Suprema en el metro de Tokio que provocó 13 muertos y más de 6.000  heridos, en 1995 (Cuevas y Canto, 2006).   Esta es una muestra del extremismo sectario, existiendo otros episodios menos documentados, similares a los descritos. También contamos con episodios trágicos que fueron prevenidos por las fuerzas de seguridad, como ocurrió en Tenerife con la líder Heide Fittkau – Garthe (1998), que había preparado  a 33 de sus seguidores a acabar con su vida para “prevenir el  fin del mundo”.   Todavía hay quienes, erróneamente, denominan suicidios a estos trágicos episodios. Encontramos distintas razones para fundamentar que realmente se trata de homicidios.  En primer lugar,  en muchos de estos sucesos mueren niños en plena infancia. Por debajo de los 5 ó 6 años, los niños tienen un concepto muy rudimentario de lo que es la muerte, por lo que resulta prácticamente improbable que se participe activamente en la propia muerte (Pérez, 2004). Otra razón es que en bastantes de estos sucesos se comprobó que algunas de las víctimas fueron “eliminadas”,  hallando signos de una muerte causada externamente. Como ejemplo, muertes por disparos en el envenenamiento masivo de Guyana o testimonios de supervivientes de cómo niños y adultos eran forzados y amenazados con armas para que tomaran la mezcla de zumo y cianuro.  En estos contextos, cuando alguien dudaba en el momento final, la escapatoria difícilmente era posible.   Por último, la conducta suicida requiere la voluntad consciente de suprimir la existencia propia. En estos casos, las personas que colaboraron en su auto-ejecución lo hicieron víctimas de un programa de control mental y podemos inferir que padecían ideas sobrevaloradas o delirios inducidos, creyendo que, más que suicidarse, traspasaban una nueva barrera existencial; o para evitar el fin del mundo, en base a las “creencias”  del grupo.  En definitiva, alteraciones de la conciencia y  graves distorsiones cognitivas y de la capacidad crítica que provocan que la muerte no haya sido una vía “elegida voluntariamente”, sino la única alternativa de escape ante una muerte dolorosa e inminente.  
            Otros miembros encuentran la muerte a consecuencia de la violencia aplicada por estos grupos.  Ocurre con homicidios más o menos “involuntarios” que se dan en la aplicación de determinadas técnicas o en la violencia y castigos físicos presentes en los grupos.  Mucho más frecuente es la práctica sistemática de negligencias, como la habitual negación de auxilio médico y el rechazo frontal y sistemático a tratamientos farmacológicos y a vacunarse, que provoca un alto número de muertes difícilmente registrable.
     Otras consecuencias más habituales son los siguientes daños psicosociales
1)      Daños en la salud mental: trastornos, específicos o no,  al “sectarismo” que extendemos más adelante
2)      Problemas emocionales: ansiedad, miedo, culpa…  asociados, o no, a un cuadro diagnóstico. 
3)      Daños del recorrido vital y de la libertad individual.  Se ataca el derecho fundamental de libertad personal, muestras de ello es la excesiva y atípica sumisión mostrada y la ausente capacidad para criticar a la jerarquía (frente a la incrementada capacidad crítica respecto a su medio social).
4)      Impedir la elección libre de pareja: el líder indica qué relación es adecuada o inadecuada, exige abstinencia, provoca ruptura de parejas, etc.
5)      Daños en la estructura familiar de origen
6)      Daños en la red social
7)      Daños socio-laborales: abandono del empleo, problemas de rendimiento (dificultando la carrera laboral o la promoción interna),  dificultades de adaptación social y laboral al salir del grupo…
8)      Ausencia de futuro fuera del grupo: durante la estancia se eliminan los planes personales de futuro. Se sustituye los planes por la obediencia jerárquica. Sólo tienen cabida los planes por y para el grupo.  Esto provoca grandes dificultades de adaptación cuando se sale del grupo.
9)      Explotación económica, laboral y personal: trabajo fuera y dentro del grupo; ingresos desviados de un modo u otro al grupo; recursos personales y materiales a disposición del grupo.
10)  Explotación sexual:  aunque no ocurra en todos los GMP, es bastante frecuente la presencia de situaciones de abuso sexual, donde la víctima refiere haberse sentido obligada a mantener relaciones sexuales.

Adicionalmente al psicodiagnóstico y la presencia de técnicas coercitivas, la valoración pericial mencionará los daños psicosociales presentes. 

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